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Alinear y balancear un vehículo es fundamental para su vida útil. El balanceo es la forma de contrapesar mediante pequeños pesos, normalmente de plomo, la falta de peso en un neumático en conjunto con la llanta para evitar problemas de galopeo y el tan molesto movimiento del volante y las vibraciones en velocidades superiores a los 80 km/h. 
Los especialistas aconsejan realizar esta tarea cada 10.000 kilómetros y cada vez que se realice alguna modificación en la suspensión. Caso contrario se produce un mal desgaste del neumático, un andar dificultoso que también puede traer aparejado la rotura de bujes y otras partes vitales de la suspensión.
Estos inocentes gramos de más, localizados en algún punto, van a llegar a convertirse en kilos cuando la rueda gire, por efecto de la fuerza centrífuga. Mientras más rápido lo haga, mayor será el peso del desequilibrio, creando un efecto de fuerte vibración sobre el volante y carrocería del vehículo, lo cual aumenta con la velocidad, haciendo muchas veces imposible la conducción.

Para solucionar esto es necesario contrapesar el neumático con un peso igual al que está de más, y situarlo en el extremo opuesto. La operación se realiza en una máquina especial, en la cual se monta el neumático, se lo hace girar y en unos cuantos segundos ella indica el lugar exacto donde se debe fijar el contrapeso y de cuántos gramos debe ser. En las llantas de acero estampado, el contrapeso (de plomo) se fija entre la pestaña del neumático y el borde de la llanta, y en las de aleación tiene que ser autoadhesivo.

Esta es una operación de rutina y bajo costo, pero es imperativo que se efectúe cada vez que que un neumático deba ser montado en su llanta. En Chile todavía queda la mala costumbre de que, cuando se repara un neumático pinchado, se monta sin balancearlo. 

Algunos “maestros” de talleres artesanales realizan una marca en la llanta y neumático para después tratar de que coincidan y así no perder el balanceo.
Estos inocentes gramos de más, localizados en algún punto, van a llegar a convertirse en kilos cuando la rueda gire, por efecto de la fuerza centrífuga. Mientras más rápido lo haga, mayor será el peso del desequilibrio, creando un efecto de fuerte vibración sobre el volante y carrocería del vehículo, lo cual aumenta con la velocidad, haciendo muchas veces imposible la conducción.
Para solucionar esto es necesario contrapesar el neumático con un peso igual al que está de más, y situarlo en el extremo opuesto. La operación se realiza en una máquina especial, en la cual se monta el neumático, se lo hace girar y en unos cuantos segundos ella indica el lugar exacto donde se debe fijar el contrapeso y de cuántos gramos debe ser. En las llantas de acero estampado, el contrapeso (de plomo) se fija entre la pestaña del neumático y el borde de la llanta, y en las de aleación tiene que ser autoadhesivo.

Esta es una operación de rutina y bajo costo, pero es imperativo que se efectúe cada vez que que un neumático deba ser montado en su llanta. En Chile todavía queda la mala costumbre de que, cuando se repara un neumático pinchado, se monta sin balancearlo. 

Algunos “maestros” de talleres artesanales realizan una marca en la llanta y neumático para después tratar de que coincidan y así no perder el balanceo.
Para solucionar esto es necesario contrapesar el neumático con un peso igual al que está de más, y situarlo en el extremo opuesto. La operación se realiza en una máquina especial, en la cual se monta el neumático, se lo hace girar y en unos cuantos segundos ella indica el lugar exacto donde se debe fijar el contrapeso y de cuántos gramos debe ser. En las llantas de acero estampado, el contrapeso (de plomo) se fija entre la pestaña del neumático y el borde de la llanta, y en las de aleación tiene que ser autoadhesivo.
Esta es una operación de rutina y bajo costo, pero es imperativo que se efectúe cada vez que que un neumático deba ser montado en su llanta. En Chile todavía queda la mala costumbre de que, cuando se repara un neumático pinchado, se monta sin balancearlo. 

Algunos “maestros” de talleres artesanales realizan una marca en la llanta y neumático para después tratar de que coincidan y así no perder el balanceo.
Esta es una operación de rutina y bajo costo, pero es imperativo que se efectúe cada vez que que un neumático deba ser montado en su llanta. En Chile todavía queda la mala costumbre de que, cuando se repara un neumático pinchado, se monta sin balancearlo. 
Algunos “maestros” de talleres artesanales realizan una marca en la llanta y neumático para después tratar de que coincidan y así no perder el balanceo.
Algunos “maestros” de talleres artesanales realizan una marca en la llanta y neumático para después tratar de que coincidan y así no perder el balanceo.
El balanceo de ruedas es una operación que debe efectuarse siempre que se monte un neumático en una llanta. Esto se debe a que los neumáticos no quedan perfectamente balanceados al final de su proceso de fabricación; es decir, puede que pesen un gramo más en una parte que en otra, e incluso la misma válvula del neumático va a influir con un desequilibrio de algunos gramos hacia un punto específico. Si pudiéramos colocar la rueda en el aire, ésta siempre tendería a girar sola, hasta quedar con la válvula hacia abajo.