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La cristalización de la superficie de las pastillas ocurre durante frenadas a altas temperaturas (450ºC – 700ºC), como sucede durante descensos de puertos de montañas o durante una conducción muy deportiva con altas deceleraciones.
Este problema se presenta principalmente en pastillas de freno con exceso de
resina y tecnología de fabricación antigua.

Qué ocurre con las pastillas cuando se cristalizan? 

Cuando el material de fricción se encuentra caliente en contacto con los discos, a temperaturas superiores a 350ºC, los contenidos orgánicos del compuesto se queman, llegando en primer lugar al estado líquido hasta producirse la carbonización completa, generando gases y humos.
Durante este proceso de transformación se puede formar en la superficie de la pastilla una película superficial muy fina y brillante, que hace disminuir el coeficiente. Esto hace que las prestaciones del material de fricción sean menores y que la carrera del pedal se haga más larga al disminuir el coeficiente de fricción como consecuencia de dicha película.
Si el material de fricción está bien diseñado, una vez que se enfríen las pastillas, recuperará en unas 50 o 100 frenadas el nivel de prestaciones que tenía en un principio. Es decir, una vez que la capa cristalizada “se limpie” de la superficie de las pastillas, las prestaciones serán parecidas a las iniciales.
En materiales mal diseñados, cuando el coeficiente de fricción baja a niveles de aproximadamente m=0,10, estas prestaciones no se recuperaran. Esto lo comprobaremos porque el pedal estará muy duro, con una sensación de falta de frenado aunque nos apliquemos con mucha fuerza sobre el pedal. Cuando
desmontamos las pastillas veremos la película con aspecto cristalizado en la superficie. Normalmente este problema suele ir acompañado de un nivel importante de chirridos.
El material de fricción en estas condiciones es totalmente irrecuperable por lo que resulta imprescindible el cambio de pastillas de freno.